¡ Y tanto que las hay!. Seguro que no sería por el covid, no el 19, pero a lo mejor por algún virus. Pero seguro que sí las hubo porque todos los que llegaban no tenían sitio “en la posada”, en los hoteles del tiempo, en los lugares más inesperados. Buscando, se encontró un lugar probablemente insolubre: olor a estiércol, moscas por todos los lados, paja húmeda por los orines de los animales, basura acumulada… todo ello propiciaría algún tipo de enfermedad que podría incluso ser contagiada.
Pero las curiosidades de la vida hace que en el siglo XXI, también hay un virus. Un virus que no nos deja con la tranquilidad de poder celebrar la fiesta que da sentido a nuestras vidas. Seguro que también, hace dos mil años, el nacimiento de Jesús pasó desapercibido. No pasó desapercibido para los más allegados, para María, para Isabel una prima que no esperaba que fuera protagonista de una historia determinante, para José un hombre al que se le viene encima una papeleta que hoy no quisiéramos ninguno… y todo empezó en una casa, a la que acude un ángel y hace que la historia se cuente de otra manera. Seguir leyendo